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 UN URDIALES EN ARGENTINA: JUSTINO URDIALES RECIO.

 

 

 

 

 

RELATO DE SU NIETA LAURA (LAU) URDIALES.

 

Justino Urdiales Recio partió hacia América en 1926 con solo 18 años. Desembarcó en el Puerto de Buenos Aires e inicio un recorrido por esta provincia haciendo base en la zona Norte de la misma en la ciudad de Ingeniero Maschwitz .

 

Con los años dedicó sus días al trabajo de la tierra, parquización y jardinería. Tuvo un paso por una fábrica de la zona y una estación de combustible pero lo suyo era trabajar suelo .

 

Contrajo matrimonio con Doña Maria Renée Chacón y tuvieron 4 hijos: Alberto, Susana, Sara y Alfredo (el único en vida hoy) y cuatro nietos.

 

El 13 Julio de 2022 celebramos el 71 años de Alfredo junto a su hijo Marcos Urdiales, nieta Malena Urdiales, nieto Vicente Urdiales y quien esto escribe su hija Laura Urdiales.

 

 

El festejo fue en la casa de Ingeniero Maschwitz que hace muchos años levantó Justino con mucho sacrificio.

 

Adjunto  una foto de Justino y de una hoja de su libreta de emigración, la cual conservo con mucho amor, que era lo mejor que tenía Justino, un ser maravilloso.

 

 

 

 

PEQUEÑA HISTORIA DE JUSTINO Y SUS ORÍGENES EN CASTRILLO.

 

Justino nació en Castrillo Tejeriego el día 5 de Mayo de 1908. Su madre  era María Recio Duque, de 33 años. Su padre era Gorgonio Urdiales Moral que había fallecido previamente en Septiembre de 1907, con 37 años, en San Bernardo (Valbuena de Duero) donde entonces vivía la familia. Por tanto fue un hijo póstumo.  

 

Fue bautizado 3 días después el 8 de Mayo de 1908 en la iglesia parroquial de Santa María Magdalena de Castrillo por el cura Santiago Paniagua. Sus padrinos fueron  el matrimonio formado por Florencio Urdiales Recio y Maximina Recio Nieto. Ella era tía, pues era hermana de padre de María, su madre. Él no era familiar directo, a pesar de la coincidencia de apellidos, un buen ejemplo de la amplia combinación de estos dos apellidos en la historia de Castrillo

 

La muerte del padre, Gorgonio, fue una desgracia familiar, algo relativamente frecuente en la época, pues dejó 5 hijos pequeños, el mayor Gorgonio de 9 años de edad, (padre de Carlos y abuelo de nuestro bien conocido Jorge); otro de los hijos era Próculo (de 6 años de edad, que luego emigró a Rafaela, Argentina y se casó con Teófila Recio Recio, nacida en Argentina pero cuyos padres eran de Castrillo, donde luego vivió su infancia, con descendencia) y las mellizas Concha y Geminiana que acababan de cumplir 3 años). Geminiana fue acogida y criada por su tía materna Adriana Recio Duque y acabó por emigrar con sus tíos  también  a Rafaela, Argentina, definitivamente en 1922.

 

El matrimonio formado por Gorgonio y María se había casado en 1896 y habían tenido al menos otra hija, Luciana, que falleció a los pocos meses de edad. Durante su estancia en Castrillo vivían en la Calle Real, número 15, frente al actual bar Maribel, aunque entonces la entrada de la casa era por el rincón del Este, que da a la calle Real y mira a la Plaza Mayor.

 

Gorgonio fue en alguna época de profesión  carpintero y ebanista, cuando vivía en Castrillo, y desde 1904 administrador (encargado) de la finca del antiguo monasterio de San Bernardo o de Santa María de Valbuena)  que pasó a manos civiles  después de  la conocida desamortización (expropiación) de Mendizábal en 1837. Hoy es un pueblo del mismo nombre (pedanía de Valbuena de Duero)  de los llamados de colonización, oficialmente fundado en 1956, que se construyó por el Estado para reinstalar a colonos procedentes de Santa María de Poyos, en Guadalajara, pues en esa época se construyó el pantano de Buendía que anegó sus tierras. El monasterio es hoy un hotel termal de lujo.

 

Gorgonio era conocido en Castrillo y pueblos del entorno por ser un muy buen jugador de pelota a mano o vasca, que fue el deporte más popular hasta que fue desbancado por el fútbol, y que  practicaba desde joven en Castrillo donde había un frontón o juego de pelota derribado en 1971. Se decía que estaba "muy suelto", es decir que era muy ágil. Entonces los partidos eran de tres jugadores contra tres pues no había pared lateral. Se dice que jugó un partido  él solo contra tres en San Bernardo en Agosto de 1907 y al mes de ese partido murió, no sabemos exactamente por qué causa.

 

Por ambas familias, Urdiales y Recio, Justino estaba fuertemente enraizado en Castrillo.

 

Los Urdiales  habían llegado  a Castrillo hacia 1695 cuando Bernardo Urdiales del Campo, natural del cercano Villafuerte de Eesgueva, se casó con Manuela Cortijo, de Castrillo, donde este apellido llevaba más de 250 años, y tuvieron 8 hijos, cuya descendencia continúa hoy manteniendo el apellido Urdiales.

 

Probablemente el primer Urdiales que llegó a estas tierras lo hizo desde la provincia de Santander, desde el Valle del Pas o zonas aledañas, quizá  desde  una aldea denominada Urdiales, cerca del Puerto del Escudo, actualmente de 10 habitantes y en riesgo de quedar deshabitada .Los habitantes de esta zona, muy montañosa y aislada, eran  denominan “pasiegos”,

 

Los pasiegos eran ganaderos (de ganado vacuno) y completaban su economía  elaborando en el invierno aperos de madera de los árboles que crecen abundantemente en esas montañas de Santander (tales como palas, horcas, garios, medias fanegas, etc) que luego venían a vender a los agricultores de esta zona llana y cerealista de Castilla. Uno de ellos se quedó definitivamente y no regresó, seguramente por las mejores perspectivas económicas o porque conoció a alguna joven en alguna de las fiestas locales con la que luego se casó.

 

 

 

 

El primer Urdiales  de la zona del que tenemos noticia se llamaba Pedro, y nació  en Villafuerte de Esgueva en 1555. Su apellido, inicialmente y durante más de 100 años, aparece escrito como “de Urdiales”, indicando claramente su lugar de procedencia. Luego se perdió el “de” y se quedó en Urdiales. El  nombre de la aldea denominada Urdiales, que da origen al apellido, significa “campos de cebada”, es decir era un lugar donde crecía de forma natural o se daba bien la cebada.

 

 

Los Recio, eran otra familia  con fuertes raíces también en Castrillo. Aunque aparecen también en épocas anteriores de forma no continua, el primero de esta familia fue Juan Antonio Recio Nieto que llegó hacia 1687 procedente del cercano Villabáñez , y se casó con María Monje, también con mucho arraigo en Castrillo. Tuvieron 9 hijos, y su descendencia continúa en Castrillo. El apellido hace referencia a una persona que es “fuerte, grueso o robusto “.

 

Ambas familias desde entonces se mezclaron frecuentemente.

 

Justino nació en Castrillo en la casa de su abuelo Nicolás Recio Urdiales, en la calle del Arrabal, número 8. Este barrio, como su nombre indica, estaba situado fuera el casco del pueblo propiamente dicho, de su cerca, o murallas en tiempos anteriores, más allá de la zona denominada El Caño por donde discurría el arroyo de Valdenebrera que hoy está encauzado y discurre soterrado, y que marcaba el límite Oeste del pueblo.

 

La casa del abuelo Nicolás Recio, donde Justino vivió los primeros años de su vida, luego fue vendida  y derribada y creemos que se corresponde con el solar donde hoy se encuentra edificada la actual de Abdón y Marina de la Fuente construida a finales de la década de 1980.

 

 

Situación actual  de la casa de la familia de Nicolás Recio, a la izquierda, de ladrillo

 

No sabemos con exactitud cuanto tiempo vivió Justino con su abuelo Nicolás, pero en 1915 falleció el abuelo, por lo que poco después de esa fecha probablemente pasaron todos, María y sus hijos, a vivir en  la casa familiar de los Urdiales en la cercana calle Real, número 15, donde vivía aún el abuelo paterno Juan Francisco Urdiales, que falleció en 1923.

 

 

Situación actual  del lugar donde estuvo la casa de la familia Urdiales, a la derecha, de ladrillo, y a la izquierda la calle Real.

 

Conservamos alguna foto de cómo era su aspecto antes de que fuera derribada y sustituida por la actual. Era una casa histórica pues estaba situada junto a la Puerta de Abajo, o de Yuso de la muralla o cerca medieval que antes rodeaba el pueblo, también llamada Puerta del Arco o del Pilar (por el pilar o fuente del cercano Caño). Puede apreciarse aún el estrechamiento de la calle que nos indica donde estaba la puerta y el arco y el comienzo de la Calle Real, que conduce hasta la Plaza Mayor.

 

 

Vista de la casa de los Urdiales hacia 1990

A la izquierda el bar Maribel

A la derecha la casa de piedra y las tapias de adobe

 

 

 

 

Vista desde cerca de la casa de los Urdiales hacia 1980.

A caballo Tanis del Val Díez.

 

María logró, con la ayuda familiar y de sus otros hijos, sacar adelante a Justino y a sus hermanos  que alcanzaron la edad adulta. Como era normal en la época Justino asistiría a la escuela del pueblo, situada en la planta baja de la Casa Consistorial o Ayuntamiento, hasta que cumplió los 12 años momento en el que se les consideraba aptos para trabajar en el campo. Puede que abandonara antes la escuela si su trabajo fue necesario para la economía familiar. En la década de 1930, con la República, se subió la edad hasta los 14 años.

 

 

Cuando cumplió 18 años asistió a la boda de su hermano mayor Gorgonio Urdiales Recio (entonces con 28 años)  con María Recio Fuembellida (o Fombellida) también de Castrillo, el 18 de octubre de 1926. La familia ha conservado una foto de los novios, familiares e invitados, a la puerta de la Iglesia de Santa María Magdalena. Según relata su hijo Carlos la celebración duró una semana y hubo bromas a los novios algo pesadas, como entonces se estilaban. Seguramente Justino es uno de los de la foto, de los que tienen sombrero.

 

A la derecha de los novios el padrino Victoriano Urdiales, tío de Gorgonio y de Justino, y su mujer Bernabea Ortega

 

Para Justino llegó el momento de tomar una decisión, pues la mitad de sus hermanos se habían quedado en España, en Madrid, como Concha y Gorgonio, y la otra mitad había emigrado a Argentina, como Geminiana (en 1922) y Próculo en 1925). Justino optó por emigrar.

 

Para ello solicitó del Ayuntamiento un documento acreditativo de que tenía autorización materna para emigrar, documento que su familia ha conservado estos casi 100 años. Como era menor de edad (entonces la mayoría se alcanzaba a los 23 años) su madre María Recio le autorizó a emigrar, y en nombre de ella firmó su hermano Gorgonio.

 

Sabemos que llegó al puerto de Buenos Aires, Argentina, el 4 de Diciembre de 1926 en el barco español denominado "Madrid" como reflejan los documentos oficiales, procedente del puerto de Vigo. Teniendo en cuenta que el viaje en barco duraba cerca de 20 días debió de salir de Vigo hacia el 15 de Noviembre anterior. Los barcos normalmente hacían escala en Lisboa y en Las Palmas o en Tenerife, en las Islas Canarias, donde recogían a más emigrantes, desde donde se dirigían directamente a Argentina.

 

Para llegar a Vigo desde Castrillo, primero tuvo que ir a Quintanilla de Onésimo, a 10 kilómetros y dos horas caminando desde Castrillo, con un carro de algún familiar o vecino, y tomar el tren a Valladolid, capital de la provincia situada a poco más de 30 kilómetros. Desde Valladolid tuvo que tomar otro tren hasta Vigo donde pudo ver el mar seguramente por primera vez. Entonces el trayecto duraba 2 días.

 

Es posible que el viaje lo hiciera con su tía Adriana Recio Duque, que ya estaba instalada definitivamente en Argentina desde 1922, y que vino a la boda de Gorgonio. En todo caso, allí estaban ya sus hermanos Próculo y Geminiana, y sus tíos Juventino y Anselmo, este último con su esposa Teodora Recio y toda su familia que incluían a 5 hijos.

 

 

Al igual que Justino, varias familias de Castrillo emigraron a Argentina a partir de 1908, y en una segunda oleada después de 1950, la mayoría con apellidos Urdiales o Recio, pero también Cortijo, y Ortega o Velasco, Moral y Rodrigo. Aquí puedes leer la historia de uno de ellos, Daniel Urdiales Urdiales, primo de Justino, que emigró poco antes, en 1913, narrada por uno de sus nietos.

 

Finalmente se estableció en la ciudad de Ingeniero Maschwitz, una ciudad situada al norte de Buenos Aires, donde formó una familia.

 

 

Cuando se fue ya era un adulto de 18 años, aunque joven, pero "hecho y derecho", como por aquí se dice, y seguramente muy maduro para su edad por las circunstancias que le tocó vivir.

 

Nunca más regresó a su pueblo de Castrillo Tejeriego que le vio nacer, y seguramente lo añoró muchas veces, pues la verdadera patria es la infancia y el la pasó toda, (y su adolescencia) en Castrillo.

 

 

 

Alfonso de la Fuente Sancho

       Julio de 2022.