CERRATO INSOLITO
BACO EN EL CERRATO
En término municipal de Valbuena de Duero, a 8 kilómetros del pueblo en dirección a Villafuerte de Esgueva, se encuentra la finca Montealto, que en tiempos pasados fue como un pueblo con vida propia, una auténtica ciudad en pequeño.
Habitada por unas 40 familias (unas 200 personas), poseía escuela (con una maestra que incluso vivía allí, aunque no siempre), consultorio médico con un galeno que acudía varias veces a la semana, bar, cine que proyectaba películas los sábados, un futbolín, baile, frontón, una iglesia o capilla (el cura Don Martiniano iba a dar misa, y allí se celebraban bodas, bautizos, etc.), tiendas a las que les llegaba el pescado en bicicleta y el pan en carro desde Castroverde, etc.
Celebraban sus propias fiestas, en las que incluso llegó a haber vaquillas.Esta finca fue pionera en maquinaria, en construcción… La actividad principal era la agricultura y ganadería, por lo que había mucha actividad, con remolques que llegaban para recoger las cosechas de remolacha y que eran cargados con una garia. Incluso acudieron dos operarios de Leche Pascual a aprender a ordeñar, quedándose 15 días.
Cuando llegó la televisión, lo hizo antes a esta finca que al propio pueblo. El dueño de la finca adquirió un aparato y acudían a verla no solo los habitantes de la finca sino también personas de Valbuena y de Villafuerte, que llegaban en tractor con la curiosidad de comprobar lo que les habían dicho: que era una radio que se veía. La primera emisión que pudieron ver fue la boda del príncipe belga Balduino y la aristócrata española Fabiola (luego serían reyes). Fue el 15 de diciembre de 1960, y este acontecimiento, considerado como la boda del siglo, constituyó el primer espectáculo televisivo relevante en la historia de la televisión.
Trabajó en esta finca un hombre cuyo nombre de pila era Luis pero todo el mundo le conocía por el apodo de Perlora. Era muy dado a apostar, con lo que sacaba un buen dinero. Tenía el pelo largo, rubio y rizado, y apostó con Laurentino Burgueño, Lalín, que se lo dejaría cortar. Así que Lalín se puso manos a la obra y le rapó al cero, tanto que por la noche su hija, de 6 años, no le reconoció y salió corriendo y llorando mientras gritaba “¡¡hay un hombre con mi madre en la cama!!”. Otra apuesta (ganada) de Perlora, esta vez con el encargado de la finca, consistió en bajar en pleno invierno a las 4 de la mañana en calzoncillos a casa del tendero (más de un kilómetro de distancia) a comprarle una caja de mantecados y una botella de anís.
Con frecuencia llegaban camiones cargados de cáscaras de piñones, que usaban como combustible para encender las estufas de las naves en las que criaban pollos. Los chicos zarandeaban el camión en busca de los piñones que pudiera haber entre las cáscaras, y de tanto zarandeo el camión acababa fuera de la nave, ante lo que el encargado (al que llamaban el “tío Pichasanta”) reaccionaba corriendo tras los chicos.
En 1982 la finca fue adquirida por Manuel Esteban, de Villafuerte, quien tres años más tarde plantó viñedo. Desde entonces, dentro de la finca (que conserva su actividad agrícola y ganadera) está la bodega Montebaco, que produce unas 200.000 botellas de vino al año. Lo elaboran, lo embotellan y lo distribuyen, teniendo una buena calificación por parte de las guías de turismo. Pertenece a la denominación de origen Ribera del Duero y lo exportan a EE.UU., Méjico, Suiza, Dinamarca, Bélgica y China. La marca principal lleva el nombre de la bodega, Montebaco, pero tienen una segunda marca, Semele (nombre de la madre de Baco en al mitología griega).
Baco, hijo de Zeus y Semele, fue el dios romano del vino, el éxtasis y el desenfreno. Suele ser representado como un hombre joven y atractivo alzando una copa de vino o portando un racimo de uvas, siendo objeto de culto en las famosas bacanales, en las que en un principio solo participaban mujeres y eran organizadas por sacerdotisas. Con posterioridad ya participaron los hombres en estas verdaderas orgías. Dada su relación con la bebida, Baco ha inspirado a muchos artistas.
Y ahí le tenemos, en el Cerrato.