ARQUITECTURA RELIGIOSA
CONSTRUCCIONES DE PIEDRA EN CASTRILLO TEJERIEGO I.
(ARQUITECTURA RELIGIOSA).
Jesús Rey de la Rosa.
Mayo de 2022
Prólogo:
En este segundo artículo, igual que en el precedente, con la idea de ayudar en el conocimiento de nuestro patrimonio, se realiza este intento de Inventario descriptivo, para, como hasta ahora, mejor valorarle y protegerle, no permitiendo ni facilitando su expolio, y agradeciendo a sus anteriores y actuales titulares habérnosle legado.
En las Construcciones de piedra de Castrillo Tejeriego se han establecido dos subcapítulos: Uno con las Obras correspondientes a una Arquitectura Religiosa (La Iglesia, La Ermita, Las Cruces, El Convento, La Cilla o Panera de la Iglesia, El Cementerio) y otro con las comprendidas en la Arquitectura Civil (Las Casas de piedra caliza, Las Piedras destacables como tales, Los Cercados de las Eras, Las Bodegas, Los Chozos, El Ayuntamiento, El Caño y el Arca).
En el presente subcapítulo de las Obras de Arquitectura religiosa, inicialmente se citan las canteras del Páramo y de la Dehesa, como origen de las piedras (roca caliza) que mayormente se emplearon en los edificios de este material en Castrillo, especialmente la del Páramo. Como construcciones de piedra de Arquitectura Religiosa, se referencian: 1.- La Iglesia; 2.- La Ermita y 3.- Las Cruces asociadas y recuerdos; 4.- El Convento; 5.- La Cilla o antigua panera de la Iglesia; 6.- El Cementerio.
La información histórica y muchas fotos se han obtenido del extenso, documentado y preciso trabajo realizado por Alfonso de la Fuente Sancho.
No se han incluido como construcciones de piedra los silos considerados de época vaccea, de hace unos 2300 años, descubiertos con la zanja realizada para enterrar la tubería de agua al depósito superior de abastecimiento al pueblo; ni los silos mayores, de varios metros de ancho y profundidad, con cientos o miles de años, pero sin poder precisar su inicio, que pudo ser en épocas muy diferentes, hundidos al arar y caminar las caballerías sobre ellos o en rehabilitaciones urbanas; ni la considerada antigua necrópolis visigoda o las antiguas ermitas, al no existir o ser muy reducidos los restos de sus construcciones; ni el posible castro vacceo de hace unos 2500 años, continuado en el antiguo castillo medieval, existente desde los años 1000-1200 hasta 1600, al no disponer en estos casos de algún resto de las posibles piedras de su antigua edificación en la explanada superior de su cerro o en un escalón intermedio; ni el antiguo palacio, ni el hospital, de los que tampoco se conocen elementos que pudieran haber procedido de aquéllos edificios; ni el “juegopelota” que hubo o el anterior puente de la carretera Cuellar-Villafuerte.
(Silos conocidos como vacceos, en el cotarro del Cementerio)
(Panorámica desde el Sur, hacia 1980. Cerro en el que en su explanada superior y en el escalón intermedio estuvieron el previsible castro vacceo y el castillo medieval. La ladera meridional incluye al casco urbano).
A continuación, destacando la Iglesia gótica actual, con su sillar obtenido a partir fundamentalmente de la piedra extraída en la cantera del Páramo, se relacionan los edificios y construcciones de piedra, así como el empleo en ellos de diferentes tipos y orígenes de la misma.
En otro siguiente y próximo subcapítulo se describirán las Construcciones de piedra de carácter civil (Las Casas, las Piedras destacables, los Cercados y las Eras, las Bodegas, los Chozos, el Ayuntamiento, el Caño y el Arca)
CANTERA DEL PARAMO (LAS BROCADAS) Y DE LA DEHESA.
Con mayor o menor aportación en la construcción del citado castillo, sin conocer con más precisión que la histórica la importancia de sus piedras, inicialmente sí cabe mencionar aquí esta cantera del Páramo por la importancia que tuvo en la construcción de los más destacables edificios de piedra en Castrillo y que luego se citan. En su caso, también se mencionan otras canteras, que con menor desarrollo tuvieron presencia en las construcciones de piedra más recientes, como las que hubo en la Dehesa u otras de pueblos próximos.
(Zona de la antigua cantera de caliza, 2-2,5 has, con tres frentes de extracción en fases diferentes e intermitentes durante 400-600 años, hasta 1885. El Páramo (Las Brocadas), final NE del barco de Carrapiña y caminos. Fotografía aérea del “Vuelo Americano”, 1957 (I.G.N.).
La foto es anterior a la concentración parcelaria de 1966 con las pequeñas parcelas y caminos de entonces, por tanto muy similares a las de la inicial situación después de la roturación, apreciándose que las formas de aquellas parcelas estaban condicionadas por los previos relieves de la cantera.
(Zona de la antigua cantera de caliza con los tres frentes de explotación y sus accesos, sobre las calizas del Páramo II. Cabecera del Barco de Carrapiña y Páramo de las Brocadas. Vista aérea actual (I.G.N.).
En 1850-1860 se roturaron las 450 hectáreas del Páramo, que fue un monte con robles y encinas cuando estuvo activa la cantera muy hasta su final. El acceso se realizaba por el Suroeste, por el barco de Carrapiña y el camino al Páramo.
(Vista desde el Este y Norte del Frente-2 de Explotación. La zona de la cantera no presenta afloramientos calizos, al estar cubiertos por la vegetación existente y modificados por las labores agrícolas.)
(Vista panorámica desde el Oeste, y piedra caliza en su entorno.)
Los frentes de la cantera, como obra humana, presentan preferentemente bordes rectilíneos bastante continuos, a diferencia de los barcos (p.e. Valdenebrera) y barquillos, fruto de la erosión fluvial, que tienen bordes semicurvos, poco continuos e irregulares.
Acostumbrados a valorar el esfuerzo humano y creativo p.e. de hacer una Iglesia, no se suele estimar de dónde surgieron las piedras para hacerla, que en Castrillo lo fue con una excavación de varias hectáreas y 3-5 m de profundidad, que impresionan, viviendo el esfuerzo y buen hacer de “esos canteros que sacando piedra a piedra casi generaron tres barquillos”.
(El Páramo. Piedras de las características de las empleadas como “sillar” en las paredes, contrafuertes y campanario de la Iglesia, así como en las esquinas, arcadas y campanario de la Ermita, Convento y en varias casas de Castrillo. La piedra de la foto de la derecha está algo redondeada y mucho más meteorizada. Todas han sido “escantadas” para facilitar las labores agrícolas y agrupadas en “majanos”.)
Las piedras más planas y menos gruesas son similares a las utilizadas en la construcción de la torre actual de la Iglesia y en la pared “contra terreno” en la que fue “casa del conde”, con diferencia de unos 400 años antes en ésta. Los dos tipos de piedras, con mayor o menor proporción, se aprovecharon también en casas de las calles Platerías, Real, Duque, Mayor, Cuatro Calles….
(La Dehesa. También aquí se destacan pequeñas excavaciones de hasta 2-3 m de profundidad, canteras, señalizadas con puntos rojos, con indicación del posible camino de acceso (trazos y puntos rojos), aprovechadas en la base de la antigua carretera Cuéllar-Villafuerte (tramo Castrillo-Quintanilla) y en la construcción de alguna casa. Hay alteraciones con extracciones de la base caliza y “escantados” de piedras sueltas en la zona central del pago. Fotografía aérea del “Vuelo Americano”, 1957 (I.G.N.).
1.- LA IGLESIA ACTUAL, GÓTICA.
Para la construcción de la Iglesia actual, gótica, se obtuvo la correspondiente piedra en la cercana cantera del Páramo, trabajada como piedra sillar (labrada) en sus paredes, contrafuertes, columnas interiores y en la sacristía, construida inmediatamente después.
En 1539 hay un concierto o contrato con Martín de Aramayo, cantero y vecino de Mondragón, para el levantamiento de la capilla mayor y los dos primeros tramos de naves, así como su enyesado y enlucido. El plazo de ejecución de la obra era de cuatro años. En una primera fase (1539-1544) se hizo la cabecera y quizá parte de la nave central, pues en la escritura de 1567 se habla de “lo que está hecho en la Capilla Mayor y cabezera”.
En una segunda fase (1567-1571) se hicieron las naves y quizá la primera torre. El tejado realizado era de madera.
En el contrato llevado a cabo se decía que “la piedra ha de ser viva y franca; los cimientos se han de ahondar cinco pies, hechos de mampostería, y de ancho como el de las paredes de lo que está hecho en la Capilla Mayor y cabezera; las paredes han de ser de cuatro pies y cuarto de ancho, a cordel, plomo y nivel. Los pilares torales (columnas) han de ser redondos y con medio pie de zapata a la redonda en sus cimientos; han de ser sus capiteles de molduras del romano. La torre se ha de hacer al tiempo que las paredes, con una escalera para su servicio y el de la tribuna; y una bóveda rasa en lo alto de la tribuna, para poner debajo la pila bautismal. El contratista se obliga a sacar la piedra y labrarla; y los vecinos están obligados a poner al pie de la obra las piedras extraídas de dicha cantera, a hacer los cimientos y a proporcionar todo tipo de materiales, tales como batidores, zuecos, angarillas y herradas, madera, clavazón, arena, cal". Se conocen pagos a los canteros Pedro de la Calle, Juan Martínez de Balcaba, Juan Sánchez. En 1599 Fernando Corona y Pedro Guerra hicieron las campanas, habiéndose mandado arreglar las anteriores en 1566 (Vallejo del Busto, M. 1978).
Continuando la construcción, en una tercera fase (1603-1604) se hizo el tejado con las bóvedas de piedra, y para ello Don Bernardino de Velasco donó 700 ducados. En 1729 se instala el retablo por el ensamblador de Valdezate, Tomás Ruiz, comprado a la iglesia de San Miguel de Reoyo y realizado en 1664. La imagen que hubo de María Magdalena (la “Madalenilla”), de 109 cm, adjetivada juniana, se adquirió en 1588 para el altar mayor, aunque fue la imagen procesional en su día de fiesta. Se sustituyó en 1797 por la actual, de 165 cm, del escultor Claudio Cortijo, con los característicos hombros desnudos.
La pila bautismal, románica, en una pieza de gran tamaño, tuvo que ser fabricada a propósito en una cantera ajena al pueblo, al no poder realizarse en Castrillo el labrado sobre piedras de este volumen.
Las piedras para su construcción, calizas labradas, sillería, deben proceder en una no grande proporción de las ruinas del castillo y de la anterior Iglesia, ya que la actual puede tener un volumen de piedra casi del doble de estos otros dos edificios y, a su vez, existe una clara homogeneidad en sus paredes y contrafuertes, por lo que se abasteció seguramente, en una gran parte, de la cantera del Páramo, como puede deducirse del contrato citado.
Para valorar los medios animales con que se contaba para efectuar el transporte de las piedras desde el Páramo, con una fuerte cuesta de bajada, citar que en 1334, según el Notario-Escribano Gonzalo Pérez, en Castrillo para labor, uso agrícola, y el necesario acarreo y porte había 27 bueyes. Según C.M.Reglero y M.Herrero (2021), en 1558 había 18 parejas de bueyes, 12 mulas y 4 yeguas.
(Planta de la Iglesia (Vallejo del Busto, M. 1978). No incluye la traza de la casa (“del sacristán”) aneja en el Noroeste.)
Hacia 1750 se derrumbó la primera torre, edificándose la actual con piedras de 10-20 cm de espesor, más planas y menos gruesas que las principales, aunque también obtenidas en la misma cantera del Páramo.
El tercio superior de la nueva torre se construyó con cierta precariedad, medios muy limitados y objetivos esperanzadores. Con ello se logró la primera aspiración, aunque se pretendía instalar las campanas a una altura relativamente baja, ya que, después, al apreciar que su sonido no sería el idóneo, junto al ánimo del Párroco, se amplió ese objetivo inicial, aumentándose su altura por encima de los huecos previstos, tapándose estos y construyéndose, por encima, el actual, más alto.
Se acabó al fin el campanario, con piedras distintas a las del resto de la torre y similares a las de las paredes principales de la Iglesia, probablemente reutilizando algunas restantes del hundimiento de la anterior torre.
Simultáneamente se reformaron y taparon algunos huecos anteriores como el que exteriormente permitía acceder al campanario. Este se diferencia de la torre, por estar construido, junto con el remate triangular, hacia 1885, con sillares similares a los de las principales paredes.
Se conoce la coplilla que los jóvenes que trabajaban la piedra de la torre entonaban sobre su duro trabajo y la, para ellos, escasa calidad de la piedra.
Entre 1750 y 1800 se hizo el cancel de la puerta, la gran cajonera de la sacristía, el sombrero del púlpito y la sillería del coro, adquiriéndose también el órgano.
(Panorámica desde el Norte. Foto: Escapa, Ernesto. Diputación Provincial de Valladolid. 2009.)
(Vista aérea de la Iglesia y explanada, desde el Sur. A mediados de 1880 se llegaron a “arar unos surcos en el atrio de la Iglesia”, dificultando asimismo allí el juego de la pelota a los castrilleros.)
(Vista panorámica de la Iglesia, donde se observa la cima de la bóveda de la nave central que antes se unía con la torre y a través de la cual se llegaba al hueco existente entre aquéllas y el tejado superior, en la que nidificaban numerosas palomas y sus palominos. Ahora las bóvedas y la torre están separadas.)
(Iglesia. Fotos: cerro del castillo y campanario. rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 2022-04-29. Fachada Sur: Foto, Arturo Urdiales Prieto.)
(Iglesia. Torre, reloj y cruz de remate. Fotos: rtve “El escarabajo verde. Palabras de antaño”. Castrillo Tejeriego, Jorge Urdiales. 2022-04-2 ).
(Foto de la Iglesia en el libro de 1944 “Entre dos Castrillos”… vida de D. Facundo Palacios Arias, Párroco de Castrillo Tejeriego, en el que se narra cuando en 1885 se levantó la torre (“un cacho de espadaña”), un “pequeño” campanario y el triángulo del remate. Con el citado Párroco se trasladó a la Iglesia la verja de madera que había en la Ermita, y se instaló separando el Coro de la nave mayor. Se narra que “fue cosa pintoresca y animada el traslado de esta verja, pues cada chicuelo transportaba un bolo de la cimera, y aun llevaron un borriquillo para conducir sobre sus lomos el travesaño mayor”.)
Como dato comparativo en cuanto a la feligresía existente para uso de la Iglesia, la población de Castrillo a mediados del siglo XIV, según los datos de los citados en el registro de Gonzalo Pérez, asciende a unos 200-210 hombres y unas 59 mujeres; en 1558, con el primer censo realizado, ascendía a 123 vecinos pecheros y viudas, 10 huérfanos, y 44 forasteros tenían heredades en el término; en 1591, Castil de xeriego, en el Censo de Castilla, contaba con 102 vecinos, sin indicar cuántos habitantes corresponden a cada vecino, 96 pecheros (obligados a pagar impuestos), 1 hidalgo, 5 religiosos, y no se cita ningún Monasterio, ni Convento, ni Hospital. Según el marqués de la Ensenada, en 1752 incluía 79 casas, ninguna arruinada. En 1850, según Madoz, tenía unas 80 casas calculándose cuatro habitantes por cada casa (“cuatro personas por cada vecino”). En el citado libro se indica que hay una población que “se eleva hoy (1944) a 700 almas”, con expresiva referencia a los habitantes.
(Izquierda: Torre de la Iglesia hacia 1960, con el anterior remate triangular (frontón), cruz y veleta, y nido de cigüeña. Derecha: La torre con el campanario actual, rehabilitados en 1965-66 por Andrés Samaniego, sin el remate triangular, con un nuevo final de hierro (realizado por Demetrio Santaolaya para completar la torre e incluir una cruz, porque quizás resultaba algo “chata”) y un nido de cigüeña, demandado por los vecinos al no oírse el crotoreo y sentir su actividad, y recuperado por el Ayuntamiento. Protección perimetral de la explanada, con piedras de distintos tipos, parcialmente hundida y rehabilitada en los últimos 30-50 años.)
(Campanario con barandilla de protección y “pasamanos” del magnífico “mirador” del valle del Jaramiel. Campanario aislado de las bóvedas. Reloj de la torre de la iglesia, realizado por el relojero Antonio Canseco, comprado por el Ayuntamiento en 1886 e instalado entonces, y que en el 2000, con el beneplácito del Ayuntamiento, se reparó por Fermín Gutiérrez. Foto central, Diputación Provincial de Valladolid)
(Iglesia. Torre, campanario y fachada Oeste. En líneas de puntos rojos se diferencian las fases de construcción, con una primera regular y ordenada de la parte inferior y central, mientras que el tercio superior fue menos rígido, quizás en situación económica más precaria y difícil. Se incluyen los huecos para dos campanas, señalados en líneas de trazos, y que después se taparon. Se finalizó la torre con un campanario más elevado, facilitando así una mejor audición de las campanas.)
Todo ello se realizó con la demanda y ayuda vecinal, con la venta de la extraordinaria lámpara de plata que había en medio de la iglesia, e intensa actividad del Párroco (Don Facundo Palacios Arias, fallecido a los 42 años por pulmonía, ¿pandemias como ahora y con menos medios?). En aquéllos tiempos, junto al duro trabajo, también se incluían momentos para “valorar” la piedra y recitar: “Esta cantera es muy mala; y muy dura de sacar; y para torres no vale; ya lo puede usted dejar. ¡Don Facundo, don Facundo; déjese de tonterías. Que según ha “estao” la torre; puede estar toda la vida!”
El campanario se construyó con piedras distintas a las del resto de la torre y similares a las de las paredes principales de la Iglesia. El actual campanario está sin el frontón triangular superior, que tuvo anteriormente, hasta hace unos años, y con el muy reciente remate de hierro, cruz y veleta (y nido de cigüeña).
En la izquierda de la foto, casa aneja a la Iglesia para vivienda auxiliar, construida, independientemente de aquélla, aunque parcialmente con piedra similar. Sin ocupación ya hace tiempo, y en la que hoy solo son reconocibles sus paredes exteriores.
(Fachada Sur, pared principal con contrafuerte, arco de entrada, con nuevas rampa de acceso y puerta de madera. A la izquierda pared del recinto de subida a la torre. Detalle de alteración meteórica superficial en las piedras.)
(Fotos superiores: Subida al campanario, torre y casa aneja (“del sacristán”). Fotos inferiores: Fachada Sur y pared de la sacristía, construida posteriormente a aquélla, con puerta interior de paso.)
(Las piedras, especialmente las de las paredes orientadas al Norte, presentan una ligera alteración superficial (meteorización).
(Pared Norte, limítrofe con el antiguo cementerio, manifiestamente deteriorada en su base por la humedad, con parciales correcciones).
(Protección perimetral de la explanada y escaleras de acceso, con piedras de distintos tipos, algunas recicladas y la mayoría procedentes de los páramos locales.)
(Mismo tipo de piedra, empleada en épocas diferentes. Fotos izquierda y centro: Torre y pared de la subida al campanario, hacia 1800. Foto derecha, pared trasera, “contra terreno” de la casa del Conde, de la que también quedan restos de sus cimientos, contruida mucho antes, hacia 1400)
(Izquierda, pared trasera “contra terreno” de antes dos pequeñas viviendas, en la calle del Barrio Nuevo, próxima a la Iglesia en su zona Norte. Derecha, majano con piedras similares actuales en la zona de la cantera.)
(Niñas Primera Comunión. Década años de 1960. Iglesia, Nave Derecha. Altar Santos Justo y Pastor. Fondo izquierda, confesionario con un seno de madera realizado por el Párroco D. Facundo Palacios (1886). Delante, piso de losa de piedra caliza (fría), posteriormente cubierta por tarima de madera, instalada por Áureo Calvo.)
(Interior de la Iglesia. Tres naves, altar mayor y columnas, éstas con piedras trapezoidales de caliza previsiblemente de la cantera del Páramo, como las paredes. Altar mayor. Detalle de Santa María Magdalena. Zona oriental de la pared Norte, pinturas antiguas, posteriormente picadas y tapadas con yeso o cal, “enjalbegándose” hacia 1885, inmediatamente a “La Peste” del cólera morbo (1885), y recientemente con un intento de descubrirlas nuevamente.)
Es complicado y muy costoso económicamente el mantenimiento de edificios, como esta Iglesia, en reparaciones y restauraciones, con los objetivos de lograr su mínimo en las “cubiertas” y elementos principales, o llegar a una restauración integral hasta alcanzar su estado inicial. Se ha citado el caso de la torre y su unión con la bóveda principal, y similar ha sido el de la conservación de la bóveda de crucería de la nave de la epístola efectuada entonces por Ausencio Pinilla, consiguiéndose su reedificación a costa de no haber podido mantener la original, con medios técnicos y económicos que resultaron ser insuficientes.
Espectacular resultaba el andamio de madera para pintar el interior, hace 40-50 años, y el desplazamiento de este pesado equipo, tan alto como las bóvedas, a base de la ayuda física de los vecinos, convocados a tal fin cuando ello era preciso. Hoy día, la restauración del tejado es otro ejemplo de los medios económicos no siempre acordes con las costosas necesidades.
Destacar aquí el contraste existente entre el magnífico patrimonio físico y cultural, y los medios necesarios para su deseada conservación. Importante, necesaria y precisa aportación, tanto económica como técnica, que únicamente, por su magnitud y dificultad, reconociendo y valorando el esfuerzo propio de los castrilleros, solo pueden aportarla las administraciones correspondientes. Hoy no existen, o son muy anecdóticos, los mecenas equivalentes a la nombrada familia de don Bernardino de Velasco, a su vez con un entorno socio-económico y cultural distinto del actual.
(Interior de la Iglesia. Presbiterio, bóveda de crucería. Nave central, columnas y coro con verja de madera traída de le Ermita y pila bautismal románica. Fotos: members.fortunecity.es )
(En primer plano la Iglesia y el núcleo urbano. Al fondo la Ermita. Foto: Diputación Provincial de Valladolid.)
(Iglesia de Santa María Magdalena. Fotos obtenidas del Vídeo Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos. Eurostar Films – Almersoft. 5 de junio de 1990)
(Iglesia de Santa María Magdalena, Patrona de la Villa de Castrillo Tejeriego. Fotos obtenidas del Vídeo “Excmo. Ayuntamiento de Castrillo. Fiesta de la Virgen de Capilludos”. Eurostar Films – Almersoft. 5 de junio de 1990. Pérdida de nitidez en las imágenes, al haber sido transformadas a través de varios formatos desde la cinta original).
2.- LA ERMITA
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