HISTORIA DE CASTRILLO TEJERIEGO

 

1º.- FUNDACION

 

La historia reciente de Castrillo Tejeriego empieza con la Reconquista por los cristianos de las tierras bajo dominio musulmán, situadas al norte del río Duero. Alfonso III, rey de León y Castilla, hacia el año 900 d.c. conquistó estos territorios, entre los que se encuentra Castrillo Tejeriego, situado sólo unos 10 kilómetros al Norte del río Duero.

 

 

Castrillo Tejeriego surgió entonces, entre los años 900 a 950, en torno al castillo o fortaleza que se edificó en lo alto del cerro o cotarro llamado por el mismo nombre, con la garantía de su defensa. Por su situación geográfica debió de depender del Conde de Monzón de Campos, inicialmente dentro del reino de León, y luego del reino de Castilla. Aunque quizá no alcanzó nunca mucha importancia dentro de los castillos existentes en el reino, sí la suficiente para ser el más importante del valle del Jaramiel, y para dar a la villa naciente una cierta importancia respecto de otras aldeas sin castillo. Este castillo, junto con el de Las Mamblas, en Tudela de Duero, custodiaba el Valle del Jaramiel. Estos dos castillos, y los cercanos de Curiel y Peñafiel, formaban la primera línea defensiva del reino cristiano.

 

 

El castillo, por tanto, fue durante los primeros tiempos y durante muchos años el elemento principal de identidad de Castrillo. Sus habitantes debieron de refugiarse muchas veces detrás de los muros del castillo para protegerse de las frecuentes incursiones musulmanas, durante los más de cien años que la frontera fue insegura, sobre todo en la época de Almanzor.

 

 

 

2º.- SIGNIFICADO DEL NOMBRE.

 

El nombre de Castrillo deriva de su principal signo de identidad: su castillo o fortaleza, en latín “Castrum”. Al ser un castillo pequeño se le añadió el diminutivo “ellum” o “Castrellum”. Recordemos que en aquella época se hablaba latín, lengua que se transformó en el castellano actual. Castrellum derivó en Castrillo, pasando por Castriello, Castriel, o Castril , como variaciones del mismo origen, que también aparecen en los documentos otras veces.

Sin embargo en una Castilla poblada de castillos, y por ello de pueblos llamados Castrillos, se hacía necesario diferenciarlo de otros cercanos. Recordemos que existen por ejemplo Castrillo de Onielo, Castrillo de Don Juan, Castrillo de Duero, entre los más próximos. Por eso hubo que poner al nuestro un segundo nombre, que fue el de Tejeriego.

No está claro el significado de Tejeriego;en principio puede parecer que deriva de “Teja” y sería por tanto “lugar de tejares”. Sin embargo en los primeros documentos escritos conocidos (hacia 1230) aparece como “Trasariel” o “Trasariego”, con una “r” después de la T, lo que nos hace olvidarnos de teja o “tegula”y pensar en un origen algo más complicado. Para ello hay que ponerlo en contacto con nombre del arroyo del valle: el “Jaramiel”, y tener en cuenta que pasaron unos 300 años desde su fundación hasta que aparece escrito. Hay que pensar por ello que el nombre pudo sufrir una evolución desde el nombre inicial. Así inicialmente debió de ser “Tras Xaramellus” o “Trassaramiel”; es decir “el castillo que está tras el Jaramiel”. Como el nombre era un poco largo fue perdiendo sílabas y a cambio ganó la terminación “ego” derivado de “acus” o “lugar de”. Así quedó primero en “Trasariel”, luego en “Trasariego”. Finalmente perdió la “r”, que hacía más difícil su pronunciación, y quedó en Tasariego, del que ya en el siglo XV derivó en el nombre actual “Tejeriego”. Es curioso que nunca se dice “Castrillo de Tejeriego”, porque ya tiene una preposición “tras” que une ambos nombres.

JARAMIEL.-En cuanto al nombre de Jaramiel, Vallejo del Busto nos da dos posibles significados, en realidad bastante coincidentes:

1.- En uno de los casos derivaría del árabe (de -Xara-, mata), (-am-,ibérico, sierra o altura) y (-ellus- pequeño, en latín) y significaría "Arroyo de los Matorrales"

2.- En otro del idioma celta de los vacceos, anterior al latín, y significaría "Arroyo de las Cuestas". (-Xar- = río), como en antiguo irlandés Sara.

Nos parece mas probable la segunda opción, teniendo en cuenta recientes estudios sobre otros ríos, como en el caso del río que pasa por Madrid, el Jarama; en nuestro caso se le ha añadido "ellus" es decir, río pequeño; de hecho en algunos documentos aparece como Jaramillo, aunque finalmente se impuso el nombre de Jaramiel.

En resumen Castrillo Tejeriego significa “El castillo pequeño situado tras o detrás del Jaramiel”.

 

3º.- BREVE RECORRIDO HISTÓRICO GENERAL

 

A).- PRIMEROS TIEMPOS.(10000 a.C. – 100 a.C)

 

Los primeros habitantes de la meseta, y en general de la península ibérica, hombres primitivos, llegaron posiblemente desde África, vivían de la caza y de la pesca, y eran nómadas, es decir no tenían un núcleo de población estable. En diversas épocas de la historia recibieron también oleadas de gentes llegados de Europa, que se mezclaron, fundamentalmente los celtas. Sabemos que en el territorio o término municipal de Castr rillo existieron núcleos de población en diferentes puntos de su término por los restos dejados, principalmente restos de cerámica y de teja, que como se sabe son productos humanos:

.- Así en el cotarro del Castillo, muy apto para su defensa, debió de existir desde tiempos inmemoriales un núcleo de población, con muros defensivos.

 

.- También han aparecido restos humanos en la zona conocida como “El Palacio”, en el valle, cerca del arroyo, aunque en este caso el asentamiento debió de hacerse en épocas más pacíficas.

.- En el cotarro del actual Cementerio hay restos. Recientemente aparecieron unos silos, o pequeños hoyos en el terreno hechos para almacenar grano.

 

 

historia 1 clip image006

 

.- Y también (aunque en término de La Sinova), por encima de la ladera denominada “ El Castro”, que da vista a La Sinova; este último asentamiento debió de ser elegido por su buena defensa, como su nombre indica.

 

historia 1 clip image008

 

El primer pueblo conocido y documentado que habitó esta tierra era el de los llamados “Vacceos”, pueblo celtíbero organizado en ciudades libres y cuya capital era Pallantia (Palencia o quizá Palenzuela).La tierra no era privada, sino pública, de la Comunidad, y tenían por costumbre repartirla cada año, haciendo suertes, en función de las necesidades de sus habitantes y de sus circunstancias. Guardaban el trigo en silos circulares, excavados en el suelo y recubiertos de barro, donde se conservaba hasta cien años.

Entre los pueblos o ciudades más cercanas estaba la antigua Pintia, ciudad vaccea situada probablemente en Padilla de Duero, junto al Duero.

 

B).- ÉPOCA ROMANA (100 a.C.- 400 d.C.)

 

Después de la caída de Numancia, en la actual Soria, los romanos se apoderaron de toda esta tierra, impusieron su organización y su lengua, y aunque aquí no han aparecido restos de inscripciones sí ha habido hallazgos en la granja de Jaramiel , término de Piñel de Abajo, y en la cercana Esguevillas, signos de que la dominación romana llegó hasta aquí.

Impulsaron muchas cosas, lo que ahora llamaríamos “civilización”: por ejemplo el cultivo de las tierras, fundando Granjas o explotaciones agrícolas en el territorio circundante. Se caracterizaban estas granjas porque el dueño del terreno percibía de sus arrendatarios o agricultores un Quinto (1/5)de la cosecha. Por eso esas granjas se llamaron Quintas o Quintanas, nombre que han conservado las poblaciones hoy en día(Quintanillas), cercanas a nuestro entorno.

 

C).- ÉPOCA VISIGÓTICA. (400-700 d.C.)

 

Después de los romanos llegaron los visigodos, tribus germánicas (de la actual Alemania) que se establecieron principalmente en la meseta castellana, llamada por eso Campo de los Godos. Los Visigodos se convirtieron en reyes y en la clase dominante de los nobles; además se apropiaron de un tercio de la tierra cultivable (las llamadas suertes góticas). En la cercana Piña de Esgueva han aparecido enterramientos de visigodos y se cree (aunque está por estudiar) que también lo son los aparecidos en Castrillo, en el cotarro de San Cristóbal frente al llamado Prado. Aunque quizá éstos últimos puedan ser enterramientos de los primeros tiempos del cristianismo en esta zona, entorno a la ermita que existió allí bajo el mismo nombre de San Cristóbal.

 

D).- ÉPOCA MUSULMANA. (700-900 d.C.)

 

Es bien conocido que los musulmanes conquistaron casi toda la península Ibérica, y que muchos cristianos se refugiaron en las montañas de Asturias. Se discute sobre si esa conquista llevó o no la despoblación total del valle del Duero hacia el Norte, y por tanto la zona de Castrillo. Algunos piensan que esta zona estuvo casi 200 años despoblada; otros opinan que la despoblación no fue total, aunque sí desaparecieron las ciudades y los vínculos con el poder (no había representantes reales, ni organización estatal). En todo caso parece que aunque desprotegida de los reyes cristianos de Asturias y León, y teóricamente bajo control musulmán, en realidad esta zona nunca fue ocupada, y sus habitantes pudieron subsistir sin desaparecer totalmente. Es decir, posiblemente subsistieron pequeños núcleos de población cristianos, como el de Castrillo, desvinculados tanto de los reyes cristianos, como de los musulmanes, aunque siempre bajo la amenaza de guerra de unos y otros.

 

E).-LA REPOBLACIÓN CRISTIANA.(900-1200 d.C.)

 

Con el avance de Alfonso III, rey de León, a finales del siglo IX, se llegó a dominar militarmente por los cristianos todo el territorio hasta el valle del Duero. Seguramente en esa época, a partir del año 900-950, surgió Castrillo Tejeriego entorno al castillo que los reyes leoneses, construyeron en lo alto del cerro del mismo nombre. Desde dicho cerro se domina casi todo el valle del Jaramiel. Desde nuestro castillo se divisaba el castillo principal de Las Mamblas, en Tudela de Duero, situado sobre un pico al final del valle, que separa el valle del Jaramiel y el del Duero, a la derecha del paso llamado “El Collado” en Villabañez.

historia 1 clip image010

 

 

Nada sabemos de esta época inicial del castillo, pero cabe imaginar las continuas zozobras y peligros de sus habitantes que tuvieron que sobrevivir casi 200 años siguientes, sobre todo en los 100 primeros, y defenderse de las frecuentes incursiones musulmanas, llamadas “aceifas”, en tierras de Castilla y León, con saqueos y batallas. Seguramente el castillo sirvió de cobijo muchas veces a los primeros pobladores, que ante la amenaza causada por las huestes musulmanas, especialmente en la época de Almanzor, años 975-1000, debían de refugiarse entre sus muros a menudo para salvar su vida.

Establecido el primer núcleo de población de forma estable, bajo la sombra del castillo, fueron viniendo los repobladores cristianos encerrados tras las montañas de Santander primero y luego también de las tierras del norte de Palencia, siempre en dirección Norte-Sur, en busca de nuevas tierras que cultivar. No se descarta tampoco la existencia de otros cristianos repobladores de lengua árabe, llamados mozárabes, que huían desde las tierras del sur dominadas por los musulmanes y se instalaron bajo la protección de los Reyes cristianos en estas tierras recién conquistadas. Eso ocurrió en otras zonas de Valladolid, sobre todo en la parte Sur de la provincia.

 

F).- LOS PRIMEROS TIEMPOS DE LA VILLA: LA BAJA EDAD MEDIA (1200-1500 d.C.)

 

Desaparecido el peligro de incursiones de los musulmanes, al trasladarse la frontera más allá del río Tajo,la población de Castrillo se consolidó y alcanzó la categoría de Villa, debido seguramente a que tenía un castillo.

En esta época aparecen los primeros documentos escritos sobre Castrillo Tejeriego, conservados en la Catedral o Colegiata de Valladolid, que tenía algunos derechos aquí: en 1230 el primero.

El Castillo, llamado mejor “Fortaleza” según los escritos de la época, estaba a cargo de un Alcaide, puesto por el Rey, y luego por el señor de la villa. Esto diferenciaba a Castrillo de otros pueblos cercanos y le daba una cierta importancia.

El castillo seguramente era una pequeña fortaleza defensiva situada en lo más alto del cotarro, rodeado de dos o más murallas circulares concéntricas, desde abajo hacia lo alto, para facilitar su defensa, tal como muestran hoy sus laderas aterrazadas.

La villa y su castillo quedaron en territorio de la corona de Castilla, después de su primitiva adscripción a la corona de León, pero el rey Alfonso X el Sabio la donó a su hijo el infante Don Felipe, luego arzobispo de Sevilla. Desde ese momento dejó de depender del Rey, de ser villa de realengo, y pasó a ser villa de señorío, dependiente en lo sucesivo de un Señor.

El primer señor, Don Felipe, la conservó muy poco tiempo en su poder, pues la vendió al obispo de Osma (Soria) Don Xil, hacia 1250. La venta significaba que el señor (los obispos) tenía derecho al Castillo y a nombrar alcaide para su custodia y defensa, a administrar justicia, nombrando un representante suyo (el Alcalde Mayor), y a cobrar ciertos impuestos (normalmente la alcabala, una especie de impuesto en las ventas), además de ciertas propiedades particulares de tierras y casas.

Los obispos de Osma se preocuparon porque la villa de Castrillo prosperara, y para que la poblaran más habitantes y pusieran en cultivo sus tierras (lo que suponía más ingresos); por ello le dieron un Fuero, es decir de un conjunto de Leyes con ventajas fiscales para estimular su repoblación. Tenemos noticias de la existencia de ese Fuero por los inventarios de documentos de la Catedral de Osma, aunque el documento que contiene ese Fuero no se ha conservado.

Quizá esté relacionado con ese fuero el privilegio que alegaban ante los recaudadores del rey, llamados merinos, de que no estaban obligados (junto con los de Valbuena) a pagar Fonsadera, es decir un tributo para contribuir a los gastos de guerra del rey.

En esa época se debió de construir la primitiva iglesia, dedicada a Santa María Magdalena, de estilo románico, más pequeña que la actual, y situada posiblemente junto al lado norte de la actual. Por los documentos del obispado de Palencia, de quien dependía, sabemos que tenía para su servicio 13 clérigos.

Los obispos de Osma la poseyeron hasta 1355, aproximadamente. Luego la vendieron a los Rui Castañeda, en cuyas manos permaneció hasta 1503 . La última señora de Castrillo fue, durante casi medio siglo Doña Francisca de Castañeda. Tenemos noticias de que los señores se alojaban en el castillo, pues se conservan algunos documentos firmados por dicha señora dentro de su Castillo, firmando como testigos el despensero y alguno de sus criados.

En lo administrativo la villa perteneció a la merindad del Cerrato, cuya cabeza era Baltanás, y luego se segregó de ésta para pertenecer a la merindad del Infantazgo, cuya sede era Valladolid. Al frente de la merindad estaba un Merino, o representante y recaudador del Rey.

En lo eclesiástico dependía del Obispo de Palencia, y así continuó hasta 1955 en que pasó a depender del Arzobispo de Valladolid.

 

G).- LA EDAD MODERNA. (1500-1800 d.C.).

 

  1.- LOS SEÑORES. 

 

Los nietos de Doña Francisca de Castañeda, afincados en Sevilla, la vendieron en 1503 a Don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla y Duque de Frías, uno de los Grandes de Castilla, casado con una hija de Fernando el Católico, cuya casa principal radicaba en Burgos, en la llamada Casa del Cordón.

historia 1 clip image012Ver imagen en tamaño completo

 

De dicho señor, fallecido en 1512, pasó la villa a una rama de sus hijos no matrimoniales (bastardos en la terminología de la época), los Velasco. La villa les fue dejada como cabeza principal de una serie de poblaciones menores, como Revilla de Campos (en Palencia) o Salazar de Amaya (en Burgos), formando el conjunto de bienes un “mayorazgo”, es decir un lote que debía de pasar íntegro al mayor de los hijos, varón.

Comienza una época en la que dichos señores estaban muy vinculados a Castrillo, pues residieron de forma permanente o pasaban largas temporadas en Castrillo, primero en la llamada Casa del Conde, de la cual sólo quedan restos de sus cimientos en la actual calle Duque; luego en la casona o Palacio con capilla que mandaron hacer a las afueras del pueblo, después arruinado, y del cual no quedan ya ni los cimientos.

El primero de dichos señores fue Don Bernardino de Velasco, que debió de residir largas temporadas en la villa, pues su mujer Doña Catalina Guevara de Velasco era muy devota de la Virgen, a la que hizo frecuentes donaciones, y puso un capellán permanente para decir misa. De esta época seguramente es el retablo de la ermita, de Antonio Vázquez, regalado posiblemente por dicha señora o su esposo.

historia 1 clip image015

 

Luego continuó con el señorío su hijo Don Juan de Velasco desde 1554 hasta 1577. Seguramente en esa época inauguró el Palacio y capilla anexa. Aunque vivía en Palencia, sabemos que tenía casas en Valladolid con su huerta y vergel (en el campillo de San Nicolás), y que venía frecuentemente a Castrillo a cazar en su Dehesa. Tenía una lavandera y un montanero, además de numerosos rebaños de ovejas y tierras.

A Don Juan de Velasco le sucedió su hijo Don Bernardino de Velasco en 1577, que consiguió luego del rey Felipe II en 1592 el título de Conde de Salazar, y estuvo muy vinculado a la historia de Castrillo. Era también conde de Castilnovo por herencia.

 

historia 1 clip image017

 

Tuvo una relación de amor-odio con Castrillo y sus habitantes, pues tuvo que pleitear contra el Concejo (Ayuntamiento), ya que no lo reconocían como señor, pues consideraban que se estaba excediendo en sus derechos. Hubo varios episodios de mucha tirantez y una especie de motín en la zona de la Plaza del Caño actual, que acabó con alguno de sus habitantes detenidos por los soldados del Conde y llevados a su Palacio. Finalmente consiguió sus derechos, pero a costa de pagar una buena cantidad de dinero al Rey Felipe II.

Fue muy famoso en la historia de España porque en 1609 fue el encargado de expulsar por orden del rey a los moriscos (españoles de religión musulmana en el Sur de España) que continuaban viviendo con su religión y costumbres. Es citado por ello en El Quijote por Cervantes con gran simpatía en el episodio del morisco Ricote, de Murcia.

 

 

–No –dijo Ricote, que se halló presente a esta plática– hay que esperar en favores ni en dádivas, porque con el gran don Bernardino de Velasco, conde de Salazar, a quien dio Su Majestad cargo de nuestra expulsión, no valen ruegos, no promesas, no dádivas, no lástimas; porque, aunque es verdad que él mezcla la misericordia con la justicia, como él vee que todo el cuerpo de nuestra nación está contaminado y podrido, usa con él antes del cauterio que abrasa que del ungüento que molifica; y así, con prudencia, con sagacidad, con diligencia y con miedos que pone, ha llevado sobre sus fuertes hombros a debida ejecución el peso desta gran máquina, sin que nuestras industrias, estratagemas, solicitudes y fraudes hayan podido deslumbrar sus ojos de Argos, que contino tiene alerta, porque no se le quede ni encubra ninguno de los nuestros, que, como raíz escondida, que con el tiempo venga después a brotar, y a echar frutos venenosos en España, ya limpia, ya desembarazada de los temores en que nuestra muchedumbre la tenía. ¡Heroica resolución del gran Filipo Tercero, y inaudita prudencia en haberla encargado al tal don Bernardino de Velasco!...”

 

Ocupó importantes cargos en el ejército y llegó a ser Presidente del Consejo de Hacienda en 1619, algo así como Ministro de Hacienda.

 

Era famoso por su fealdad, al igual que su mujer, Doña María Lasso de Castilla, y por ello fue objeto de burla por el Conde de Villamediana con unos versos satíricos.

 

Don Salazar de Legaña
dijo a doña Chirimía:
"Sed mora, señora mía,
para que os echen de España"

 

Doña Chirimía era supuestamente su esposa. Y no contento con ello les dedicó los siguientes:

 

Al de Salazar ayer
mirarse al espejo vi
perdiéndose el miedo a sí
para mirar a su mujer.

 

Murió el 29 de Marzo de 1621 en Madrid, el mismo día que el Rey Felipe III, y fue trasladado con gran pompa a Castrillo para ser enterrado en la tumba situada en una cripta, debajo del altar mayor de la Iglesia del Convento de Santa Ana que había fundado en Castrillo, junto a su Palacio.

 

Del primer Conde de Salazar pasó en 1621 el señorío de la villa a su hermano Don Luis de Velasco, General de la caballería de los tercios españoles en Flandes, y a sus sucesores que ostentaron parecidos cargos siempre en Flandes (Bruselas). Don Luis de Velasco había ganado el título de Marqués de Belveder en 1616 y fue famoso porque participó en la famosa rendición de Breda, en Holanda en 1625.

 

historia 1 clip image019

 

Posiblemente es uno de los personajes que aparecen en famoso cuadro de Las Lanzas, de Velazquez, junto a Ambrosio de Spínola.

 

 

 

 

historia 1 clip image021

 

 

 

Don Luis de Velasco, que se había casado con una dama Flamenca (belga diríamos hoy) Anna de Henin, murió en 1626 y fue enterrado en el convento de las Carmelitas de Bruselas.

Le sucedieron tres de sus hijos, que, aunque vivían en Flandes, eran Condes de Salazar y señores de Castrillo:

Entre 1626 y 1632 su hijo Jacinto de Velasco y Henin, que murió en combate en Flandes. Fue Maestre de Campo y General de Caballería.

Entre 1632 y 1637 le sucedió su hermano, Felipe Alberto de Velasco y Henin, también soldado en Flandes.

Entre 1637 y 1678 el tercer hijo, don Juan de Velasco y Henin, que a su vez estaba casado con Ana María de Recourt. Fue General de Artillería y castellano del Castillo de Amberes, donde falleció.

historia 1 clip image023historia 1 clip image025

 

Al anterior le sucedió su hijo Juan de Velasco y Recourt, hasta su fallecimiento en Bruselas en 1690 Fue Maestre de Campo General en los Estados de Flandes y General de Artillería así como castellano del Castillo de Gante.

 

En 1690 murió el último de los varones, por lo que la hija y sucesora, Doña Mariana de Velasco fue inicialmente condesa de Salazar, pero perdió su título de Condesa y sus propiedades en Castrillo en 1710 a favor de la rama principal, los Duques de Frías, que en adelante fueron los señores de la villa hasta 1812 con la Constitución de Cádiz y la abolición de los señoríos.

 

Si Castrillo Tejeriego había sido olvidada al residir los Condes en Flandes (su Palacio sufrió un notable deterioro), con la llegada de los Duques el olvido fue mucho mayor, porque al fin y al cabo Castrillo era una villa de menor importancia dentro de las numerosas que poseían (Frías, Briviesca, entre otras). El Palacio quedó absolutamente arruinado y sus piedras y arcos vendidos, desapareciendo la mayor parte del Palacio hacia 1733.

 

2.- POBLACIÓN Y ECONOMIA.- 

 

En esta época alcanzó Castrillo su máximo de población hacia 1500, llegando a tener 150 vecinos (unos 600 habitantes). El aumento de población estuvo motivado por el despoblamiento de La Sinova, que tenía la categoría de Villa, y llegó a poseer dos iglesias. Sabemos que los vecinos explotaban las dehesas de La Sinova, propiedad del Monasterio de Silos, en Burgos, por rentas moderadas. En dichas dehesas pastaban una gran cantidad de cabezas de ganado. Pero su suerte cambió cuando La Sinova fue vendida a un señor poderoso, Don Juan Velázquez de Cuellar, que fue Contador Mayor de los Reyes Católicos (algo así como el contable o ministro de Hacienda), quien después de largos pleitos consiguió su propósito de echar a los vecinos de Castrillo, no sólo de los pastos, sino también de tierras particulares. Parece sin embargo que los vecinos de Castrillo consiguieron (a cambio) correr los hitos (inicialmente debían de estar hacia el puente del molino actual) y ganar terreno en el valle a costa de perderlo en La Sinova. Desde entonces la suerte de La Sinova estuvo ligada a Villavaquerín, pues el señor de La Sinova era también señor de Villavaquerín.

 

Hacia 1558 la población había bajado a unos 120 vecinos, pero todavía vivían aquí muchas personas, aunque pobremente. Sabemos por una suerte de Inspector de Hacienda o escribano mandado por el rey a averiguar el estado económico de sus vecinos que su situación era mala: la mayor parte vivía de unas pocas tierras, algunas cabezas de ganado (ovejas), algunas viñas,y sobre todo la mayoría de cortar y vender la leña del monte en Valladolid, donde se utilizaba para calefacción. Todos los vecinos recibían una suerte de leña (“igual el rico que el pobre, el pobre que el rico”, decían con cierto énfasis) que luego vendían con una borriquilla en la corte de Valladolid.

Sin embargo la situación económica fue de mal en peor, al irse la Corte a Madrid y perder Valladolid muchos habitantes, Castrillo perdió su mercado de leña. La caída económica continuó hasta 1700 aproximadamente. Luego empezó una lenta mejoría, propiciada entre otras cosas porque los vecinos empezaron a poner en cultivo tierras o montes del Ayuntamiento. Al principio el Ayuntamiento multaba a los que se atrevían a “romper” los prados, como el de Valdelacasa, pero posteriormente fue aceptada esa forma de hacer, al menos tácitamente, de suerte que el que ponía en cultivo una tierra inculta pasaba a ser su poseedor, aunque tuviera que pagar una especie de renta o“quiñón” al Ayuntamiento.

En 1752 el Ayuntamiento de Castrillo contesta a una serie de preguntas hechas desde el Gobierno de Madrid en un cuestionario general que pretendía hacer un inventario de la riqueza de todos los pueblos, y que se conoce como Catastro del Marqués de la Ensenada.

Carlos Urdiales Recio ha escrito un interesante y ameno trabajo sobre este punto, concretamente sobre las Respuestas Generales, que puedes consultarlo en formato PDF o en WORD. Hay que recordar que existían unas respuestas particulares, relativas a las diferentes fincas del pueblo, que todavía no hemos encontrado y puede que estén perdidas para siempre. Puedes ver el texto original del Catastro referido a Castrillo.

 

3.- LA IGLESIA Y EDIFICIOS RELIGIOSOS.

 

1º.- LA IGLESIA.

 

Hablamos de la Iglesia como Institución. Tenía un gran poder y era la principal fuerza en el pueblo (junto con los señores) .

Todos los vecinos tenían que entregarle la décima partes de sus cosechas y ganados, es decir eldiezmo. Con el diezmo se pagaban a los curas del pueblo (1/3), al obispado de Palencia (1/3) y el tercio restante al Papa, que lo cedió al rey de España, y éste al Duque de Béjar, aunque un tercio de este último tercio , es decir 1/9, se retenía para reparaciones y mejoras del edificio o Fábrica de la Iglesia. Estos diezmo se almacenaban en la panera o troje de la Iglesia, cuyo edificio pasó a llamarse después Cilla o Tercia. El sistema continuó hasta 1838. Gracias a los libros de cuentas de los diezmos podemos reconstruir, aproximadamente, lo que se producía en Castrillo.

Además la Iglesia tenía ingresos por otros conceptos, como las primicias y novales, los derechos de sepultura dentro de la Iglesia, los honorarios de misas y oficios religiosos, y recibía bienes por testamento. También existían las Fundaciones, que eran bienes dejados por una persona para que con su producto se comprara, por ejemplo, aceite para que estuviera encendido siempre un Cirio en la Iglesia, o se dijeran misas por su alma.

Como muestra de su poder baste decir que tenía 13 clérigos y 1 sacristán. De los 13 clérigos, 4 eran sacerdotes o curas, 2 diáconos (les faltaba un grado para ser curas) 1 subdiácono (un grado menos) y 6 tenían órdenes menores (primer paso para ser curas). Hacia 1585 sin embargo hubo que reducir el número de clérigos al servicio de la Iglesia. Quedaron 3 curas, que luego se redujeron a 2 en el siglo XVII y finalmente a 1 en el siglo XIX.

La influencia o poder no sólo era económico, sino también cultural. Llegó a haber hasta 10 cofradías, cuya finalidad era puramente religiosa, hasta el punto que casi todos los hombres del pueblo eran miembros de varias cofradías. Cada cofradía a su vez tenía cabras, tierras y otros bienes para sostener su ermita o la imagen o celebrar la función de su patrón. Las más importante, excluida la de la Virgen de Capilludos, eran las de la Vera Cruz (cuyos cofrades se disciplinaban (azotaban) el viernes santo), y la de la Virgen del Rosario.

 

2.- EDIFICIOS RELIGIOSOS.

 

Quizá un poco a destiempo de la situación económica, se empezó a construir la actual Iglesia, en 1567, al lado de la antigua con un plano que dio Juan Sanz de Escalante, arquitecto del obispado. La construcción se prolongó hasta 1603, pero las fuerzas económicas llegaron justas, pues no dieron para hacer una torre de categoría acorde con el resto de la iglesia. La torre o espadaña se terminó en el siglo XIX.

Las piedras se sacaban de una cantera cercana y es tradición que se emplearon también las piedras del castillo. Sabemos que en 1585 sólo quedaba en pie “el casco” del castillo, y que los Velasco eran patronos de la Iglesia, y tenían que dar dinero para su construcción, luego es posible que decidieran desmontar el castillo y emplear sus piedras en la construcción de la Iglesia

Junto a la Iglesia, al Norte y separada por el antiguo cementerio, se construyó también por esta época la antigua panera o Cilla o Tercia de la Iglesia, en la que se almacenaba el grano y el vino de los diezmos. En 1844 fue expropiada, vendida y comprada por particulares.

En 1619 el primer Conde de Salazar fundó el Convento o Colegio de Santa Ana con su capilla o iglesia, en el Caño, junto a su Palacio, para que reposaran sus restos y los de sus antepasados. Es decir dotó al convento de una serie de rentas perpetuas con la condición de que los frailes cumplieran una serie de obligaciones, fundamentalmente decir misas por su alma. Entregó el Convento a una clase de frailes llamados “Clérigos Menores”, orden de origen italiano, cuyo fundador era San Francisco Caracciolo, posiblemente porque muy cerca de su casa en Madrid, en la Carrera de San Jerónimo existía un convento de la misma orden, hoy desaparecida de España. La Iglesia de dicho convento estaba unida por un pasadizo elevado a su Palacio, de forma que podía escuchar misa desde un balcón o tribuna sobre la capilla sin tener que salir de su casa.

Además de la ermita de la Virgen de Capilludos, hay que señalar que existieron otras 4 ermitas: La ermita de San Cristóbal situada en el cotarro del mismo nombre, frente al prado, antes llamado de Mazariegos; La ermita de San Andrés situada en lo alto del pico de la Dehesa, antes llamado Pico de San Andrés; La ermita de Santa Juliana, situada en cerca del puente de abajo, o puente de las viñas. Y finalmente la ermita de los santos Justo y Pastor.

 

3.- LA VIRGEN DE CAPILLUDOS y su ERMITA.

 

Quizá la Virgen de Capilludos es el principal signo de identidad de los habitantes de Castrillo, hasta el punto que la media luna con la que se adorna forma parte del escudo de Castrillo.

virgen de capilludos 2

 

Según cuenta la leyenda la Virgen se apareció a un serrano (de la sierra de Soria). El serrano había parado con su carreta de bueyes en las cercanías de la actual ermita para descansar, y allí vio a la Virgen en un roble; la metió en su capillo o capucha de su vestido con la intención de llevársela a su tierra, pero la Virgen volvía cada vez al roble de nuevo. Entendió por tanto el serrano que la Virgen quería quedarse en Castrillo y aquí se quedó comenzando la construcción de la ermita, que al principio sería un edificio modesto coincidente con la nave del Sur o de San Andrés.

En 1441 tenemos las primeras noticias sobre la Virgen de Capilludos y su ermita, ya que los monjes del monasterio de San Bernardo, en Valbuena, la consideraban de su propiedad, al ser los propietarios de la cercana granja de Jaramiel.

Por ello hubo un pleito famoso, que causó un gran impacto entre las gentes de Castrillo, ya que ha llegado hasta nuestros días, grabado en la memoria de sus habitantes, y plasmado en un verso popular

 

“Los monjes de San Bernardo

pusieron pleito y decían:

Si nos dais a esa Señora

La tendremos en estima”

 

El pleito efectivamente existió en 1441, aunque el obispo de Palencia falló en contra de los monjes; en 1444 hubo un segundo pleito, apelación del anterior, que finalizó con un acuerdo o transacción, en virtud de la cual los monjes reconocieron la propiedad de la Virgen y de la ermita a Castrillo, y el concejo de Castrillo les cedió, como compensación, 8 obradas (algo más de 3 hectáreas) de buen terreno junto al arroyo Jaramiel.

En los años de 1530 y siguientes su culto recibió un gran impulso con el fervor de Don Bernardino de Velasco y su esposa, que posiblemente donaron el actual retablo. Se hicieron mejoras en su templo y se le regaló la media luna de plata por el secretario de Don Bernardino llamado Juan Bautista Escobar.

En los años 1614 y siguientes se obtuvieron bulas del Papa, es decir privilegios, para los que se hicieran cofrades de su cofradía. Esto provocó una avalancha de cofrades de pueblos cercanos y otros más alejados. Y además, muchos nobles, cardenales, arzobispos, etc ... aunque todo era puramente nominal, pues con ser cofrades ya se obtenían los beneficios. Hay una gran tabla en la ermita donde estaban anotados esos cofrades nobles, entre los que destaca el Cardenal Ximenez de Cisneros, pero como se ha dicho no pudo ser aquel puesto que había fallecido un siglo antes. Dentro de dichos cofrades se puede señalar a nobles tales como los Marqueses de Montesclaros, de San Germán, de Cortes, la Duquesa del Infantado, el Duque de Terranova , el de Maqueda, el conde de Olivares, el de Saldaña, el de Villamediana.

También religiosos como el Cardenal Sandoval, el cardenal Melino, el cardenal Tilo Marino, el Arzobispo de Santo Domingo. El Padre General de los Clérigos Menores, Padre Joan de Guevara y el Provincial, padre Juan Vélez, canónigos de Valladolid, varios curas de los alrededores ; diplomáticos como el embajador de Parma (Italia) Don Flavio Auti; también hay representantes de la ciencia como el Doctor Luis de Mercado, famoso médico de Valladolid, que escribió tratados en su especialidad; del ejército, como el Capitán Espinosa o el capitán Pedro Mexía (quizá de la familia de los que durante el siglo pasado fueron alcaides del Castillo de Castrillo), funcionarios como el Contador (funcionario de Hacienda) Villasante , o jueces como el Relator Morales.

La lista la encabeza, naturalmente, don Bernardino de Velasco, conde de Salazar y su esposa Doña María Lasso de Castilla, señores de Castrillo.

En varias ocasiones posteriores los papas concedieron privilegios relacionados con la ermita.

La cofradía continuó siendo la mas activa y mejor dotada económicamente, y la única que ha pervivido hasta nuestros días, aunque hacia el año 1800 recibió un duro golpe al ser expropiadas sus tierras y sus cabras, y vendidas luego.

En esta primera mitad del siglo XIX debió decaer el fervor religioso paralelamente a los impedimentos legales para poseer bienes, tocando fondo esta tendencia en 1851 en que se redactaron nuevamente las Reglas de la Cofradía, por el cura de Castrillo Don Antonio Noya y se impulsó la devoción de la Virgen. En 1865 y 1879 se reescriben las Reglas y observamos que pueden entrar hombres o mujeres; se rebaja la entrada a 6 reales; la fiesta se amplía a tres días (lunes, martes y miércoles siguientes al domingo de pentecostés) y además al día 8 de Septiembre. La cofradía continúa en la actualidad, si bien limitada a los vecinos de Castrillo.

 

H).- EL SIGLO XIX.-

 

Mal comenzó el siglo: hubo una combinación de circunstancias adversas (malas cosechas, y el saqueo de los franceses), que redujeron la población. En los primeros años murieron hasta 50 personas el mismo año, de los cuales la mayoría eran párvulos, es decir niños de corta edad.

Sabemos que los franceses realizaron un “Ataque” en 1808. Posteriormente reclamaban una parte de las cosechas y del ganado desde su cuartel en Tudela de Duero. Finalmente en su retirada por el valle, el 30 de Junio de 1812 hubo “saqueo general”. Quedaron tan pobres los habitantes de Castrillo que tuvieron que perdonarse las rentas del año siguiente, y los diezmos de la Iglesia.

La población continuó luego aumentando hasta llegar a unas 600 personas a finales de siglo, quizá porque se labraron numerosas tierras que eran propiedad del Ayuntamiento, fundamentalmente las del llamado Páramo.

Este siglo trajo numerosos cambios: con la Constitución de 1812 desaparecieron los señoríos, de forma que los Condes de Salazar, luego Duques de Frías, dejaron de ser ya los señores del pueblo, y entre otras cosas de Administrar Justicia, nombrando Alcaldes Mayores que hasta entonces llevaban la vara de la justicia. El ayuntamiento se tituló ya Constitucional, y puede considerarse el comienzo de la época moderna. Hacia esta época se terminó la actual Casa Consistorial que era buena y grande para su época, con cárcel en su piso bajo.

Poco después, entre 1817 y1829, la bancarrota del mayorazgo del Condado de Salazar obligó a la venta de todos sus bienes (fundamentalmente La Dehesa situada encima del Pico del mismo nombre, el Palacio ya derruido y su tierra,la Casa del Conde (en la actual calle Duque, y el castillo).

En 1820 también acabó otro signo de los tiempos antiguos: el Convento de Santa Ana y su huerta y colmenar fue expropiado por el Estado (“desamortizado” en la terminología de la época), junto con la Iglesia del convento.De todas formas la economía del convento era ya muy mala pues en 1820 no quedaba más que un fraile administrador. Durante varios años su Iglesia fue cementerio donde se enterraba la gente del pueblo. Posteriormente fue vendido (hacia 1844) y transformado en fragua y luego en dos casas particulares.

En 1838 acabó el sistema antiguo de diezmos pagados a la Iglesia. En 1852 Madoz publicó su célebre Diccionario, que contenía una relación de todos los pueblos de España. Nos dice que Castrillo tenía 369 habitantes que vivían en 80 casas. El valle era pantanoso y frío, quizá por eso sus habitantes padecían de fiebres intermitentes (quizá paludismo) y catarrales; destacaba el edificio del Ayuntamiento como muy bueno, con cárcel en su piso bajo. Todavía subsistía el convento de Santa Ana, aunque muy deteriorado. El correo lo recibían de Peñafiel por los vecinos que acudían al mercado los jueves. Había una fuente abundante, pero de aguas gruesas y algo amargas. La fiesta de Capilludos era muy concurrida no sólo por los vecinos, sino también por los pueblos colindantes.

En 1857 se publica una Novena de la Virgen de Capilludos por Fray José Infantes, religioso mercedario, primer libro impreso quesea conserva con la historia o leyenda de la Virgen.

Entre 1860 y 1870 hubo una pequeña revolución pues se legitimaron las posesiones de bienes concejiles (del Ayuntamiento). Todos sus poseedores fueron reconocidos por Ley como propietarios, a cambio de pagar al Ayuntamiento, su verdadero propietario, un canon o censo anual. Esta figura se conoce técnicamente con el nombre de Censo Reservativo. Por este sistema se roturó en años previos y se pusieron en cultivo amplias zonas de tierra (fundamentalmente el Páramo, y otros sitios como Carrapiña. Valdecarros, etc. Había un total de 123 personas que aprovecharon esta legislación, y que sólo en el Páramo pusieron en cultivo 179 tierras por este sistema, con un total de 939 obradas o 437 hectáreas. Este canon o censo representaba en 1885 un total de 703 pesetas, resultado de calcular en dinero el valor de 47 fanegas de cebada y otras tantos de trigo (unos 4000 kilos en total). Ello era aproximadamente un 30 % del presupuesto del Ayuntamiento en esa época, una cantidad considerable.

El proceso de venta de los bienes municipales continuó, por ley nacional, con las laderas y los montes municipales, como el Cabezo, Carrapiña, Llanillos. Sólo se salvó el monte llamado “El Paradero” y sus laderas, porque los vecinos alegaron que lo necesitaban para sus fogatas.

El producto de la venta de esos bienes municipales mejoró un poco la economía del pueblo: su producto fue invertido en láminas o títulos de la deuda pública. Con su venta se hizo en 1885 de buena piedra el cementerio municipal en el llamado Cotarro de la Horca, trasladándole el que había en la parte trasera de la Iglesia y dentro del propio suelo de la Iglesia, aunque la gente continuó poniendo el reclinatorio en su “tumba”. También se hizo el pilón y los caños, en la misma plaza en donde ahora están y donde hasta entonces sólo había habido un caño que continuó dando nombre a la plaza.

En 1885 hubo un desastre notable : una epidemia de cólera que causó muchos muertos e hizo que se inaugurara a toda prisa el nuevo cementerio.

En 1897 hubo una gran peregrinación a la ermita, con más de 6000 personas de casi todos los pueblos vecinos, y la asistencia del obispo de Palencia don Enrique Almaraz y Santos.

 

I).-EL SIGLO XX.-

 

Empezó el siglo con tensiones de supervivencia por exceso de población, que encontró su vía de escape en la emigración a la Argentina y a Cuba, principalmente.

En 1903 se publicó el libro “La Virgen de Capilludos. Su templo y su culto.” Fue escrito por Francisco Recio Urdiales, Padre Pasionista, nacido en Castrillo Tejeriego en 1864, y muerto como misionero en Chile en 1927. Fue Autor también de otros libros de carácter religioso. Contiene la primera historia escrita del pueblo.

 

También la política hizo su aparición. Castrillo tuvo su político particular, tipo cacique, llamado Francisco Cortijo Rey, que construyó una casa de piedra en la Plaza Mayor que conserva sus iniciales. También su partido opositor encabezado por la familia de los Recio. Esta tensión explotó en una noche de principios de siglo XX, hacia 1905,  llamada “la noche de los tiros” en la que ambas partes estuvieron intercambiando disparos de escopeta al aire. Nadie en el pueblo pudo dormir ni se atrevió a intervenir hasta que a la mañana siguiente la guardia civil restableció el orden.

Entre 1912 y 1931 se realizaron varias roturaciones del monte “El Paradero”, hasta entonces poblado de roble para frenar la inmigración. En 1926 hubo un intento de legitimar las roturaciones a favor de sus poseedores, es decir que el monte pasara a propiedad particular. Sin embargo la iniciativa no prosperó y finalmente se estableció en 1931 el sistema actual de “suertes” de por vida, que como hemos visto tiene un precedente muy antiguo. Después de la Constitución de 1978 este derecho se amplió a las mujeres.

La guerra civil dejó su huella con al menos dos muertos o “caídos”en el frente de guerra por el lado nacional, y más de 20 encarcelados por el bando republicano, de los cuales uno, Adolfo Moro, maestro cesado de Castrillo, murió en la cárcel.No hubo sin embargo fusilamientos mediante paseos como en otras poblaciones.

 

Después de la guerra la población continuó una línea ascendente hasta llegar al máximo en 1950, con 750 habitantes. A partir de esa fecha empezó un descenso de población por emigración a las ciudades que al principio fue lento, y en la década de los 60 muy rápido. A partir de 1970 el descenso fue paulatino. El siglo finalizó con unos 249 habitantes, y un pueblo muy envejecido, que augura que el descenso en los próximos años continuará.

El descenso de población fue paralelo a un aumento de la mecanización de la agricultura: en los años sesenta desaparecieron los animales de tiro, sustituidos por tractores y cosechadoras y todo tipo de máquinas.

Es notorio también el regadío, con la perforación de pozos y sistemas de riego por aspersión. En 1947 se formó una Comunidad de Regantes que construyó un canal de riego de cemento por el valle del Jaramiel con dos balsas en el arroyo, que fue luego abandonado en los años 60 por los sistemas de riego por aspersión.

En 1965 la concentración parcelaria dio un gran impulso a la mejora económica: las parcelas antiguas, muy divididas, se sustituyeron por pocas parcelas pero de gran extensión. Esto facilitó la mecanización y el regadío y supuso el salto a la agricultura moderna.

Paralelamente se mejoró el equipamiento municipal: en 1960 se inauguraron nuevas escuelas, en 1970 llegó al agua corriente a las casas y el asfaltado a las calles.

Sin embargo en los años 70 dejaron de vivir de forma permanente en el pueblo los principales personajes de su vida cotidiana: el cura, los maestros, y el médico. El descenso de la población se hizo constante al no ser capaz de ofrecer empleos alternativos a la agricultura.

El siglo XXI ha empezado ya y no sabemos qué deparará el futuro a Castrillo, aunque el descenso de población parece que continuará de forma imparable.