NOVEDADES 2019

MUSEO DEL CERRATO CASTELLANO

 

 

 

Los Vélez eran una saga de hidalgos baltanasiegos, pero Joaquín Vélez Rodríguez no nació precisamente con un pan bajo el brazo por ello.

 

Su abuelo, Antonio Vélez Dorantes tuvo un hijo natural (extramatrimonial) con Ana Martínez Tristán, y no lo reconoció. Cuando se iba a casar con su novia recibió una demanda de Ana exigiendo el reconocimiento. El pleito se resolvió de forma favorable para la madre y el niño, a los que el hidalgo tuvo que indemnizar y reconocer, por lo que el niño llevó su apellido: Antonio Vélez Martínez. Sin embargo, más allá de la resolución judicial nunca fueron considerados de la familia, por lo que nunca fueron partícipes de la situación económica propia de la condición de hidalgos.

 

El 21 de febrero de 1740 nace Joaquín Vélez Rodríguez. Su madre, Francisca Rodríguez Núñez, fallece tan solo 8 días después del parto y su padre, el citado Antonio Vélez Martínez, tiene grandes dificultades económica para hacerse cargo de todos sus hijos (ya tenía varios antes de nacer Joaquín).

 

Las circunstancias hacen que Joaquín emigrara a las Indias, donde ya estaban varios familiares. Parte el 20 de diciembre de 1764. Tras una estancia muy próspera como indiano, en 1769 se establece en Sevilla, en una de las zonas más importantes de la ciudad, la parroquia del Sagrario. Allí se dedicó con gran éxito al comercio y se casó con una sobrina, Ana María Vélez Rodríguez, con la que tuvo tres hijos. La boda se celebró en secreto, por la noche y en la sacristía, para evitar las habladurías sobre el parentesco de los contrayentes.

 

Con la fortuna amasada decide hacerse una casa en Baltanás, con intención de establecerse en su pueblo, donde ya poseía negocios de tinte (en Baltanás existe la Calle del Tinte) y donde su hermano Fernando se encargaba de vender los productos de las empresas que Joaquín tenía en Sevilla.

 

Todo apunta a que la casa fue diseñada por un arquitecto sevillano, pues sus características la hacen única en la zona: la decoración (escudos, delfines, toros, vegetación…), el patio porticado, la caja de las escaleras, la yesería, las arquivoltas, etc. no son propios de Castilla.

 

 

Sin embargo en 1773, cuando la casa está a punto de ser finalizada, a Joaquín se le tuerce su situación económica debido a la sentencia de un pleito originado en Lima, por la que se le exige el pago de más de cien mil reales. Al no poder hacer frente al pago, además de entrar en la prisión de Palencia se ve obligado a entregar bienes de su propiedad, entre ellas esta casa, que es adquirida por otras familias pudientes de Baltanás, primero los Salas y luego los Solórzano. Doña Plácida Solórzano decide hacer un hospital en el pueblo, para lo que aporta ese edificio, denominado Edificio de los Vélez, pasando así a ser hospital y escuela (el palacio Hospital de Santo Tomás y el colegio de La Milagrosa), gestionados por monjas Hermanas de la Caridad.

 

Actualmente este edificio alberga el Museo del Cerrato Castellano, puesto en marcha por iniciativa del Ayuntamiento de Baltanás, con la colaboración de la Diputación de Palencia, la Junta de Castilla y León y el Grupo de Acción Local ADRI Cerrato Palentino. De esa puesta en marcha se encargó el escritor, investigador, fotógrafo e ilustrador Gonzalo Alcalde Crespo. Abrió sus puertas en agosto de 2010, con la finalidad de difundir el patrimonio cultural, artístico, histórico, arquitectónico, económico, festivo y paisajístico de la comarca.

 

Adherido a la Marca de Calidad Rural y a la Marca Arlanza, la gestión la lleva la empresa Turismo Cerrato, creada al efecto por Julia López y Marta Asensio. Entre las actividades, además de visitas guiadas para conocer las características de la comarca y las particularidades de cada una de las 88 localidades que la componen, se encuentran actividades culturales como exposiciones de pintura, pinacoteca, conciertos musicales, representaciones teatrales, presentaciones de libros, conferencias, etc.

 

Estampas de los oficios (la agricultura como actividad dominante), la arquitectura popular, las bodegas típicas de esta comarca, las casas-cueva, los palomares, las yeseras, los colmenares, los chozos usados por los pastores, las principales fiestas, las cañadas como vías de comunicación, etc. conforman una radiografía muy precisa de esta comarca.

 

* Los datos históricos han sido obtenidos gracias a la colaboración de Juan Manuel Monge